Dicen que el roce hace el cariño y la distancia el olvido, pero no siempre es así. Es increíble los sentimientos que pueden surgir aún en la distancia. La imaginación vuela, la ilusión crece y crece, las ganas de estar junto a la otra persona son enormes y planificar un futuro junto a ella es lo único que te tranquiliza. Tantas veces te desesperas porque quieres estar con esa persona, pero en ese mismo momento te das cuenta que esa persona merece tanto la pena, que es cuando entiendes el porqué sigues luchando por lo que quieres y te das cuenta que te mueres de ganas por estar junto a él, que cuando se trata de él siempre tienes tiempo, que sientes que le quieres y eso nadie te lo puede negar.
He de decir que para nada creía en esto, me resultaba tan difícil de entender como dos personas se podían querer tanto desde tan lejos, pero la vida parece que una vez me va a enseñar que nada es lo que parece, y que hay que vivirlo para entenderlo, aun así te preguntas: ¿cómo le puedo querer tanto sin tan siquiera le he tocado?... Fácil, ahora que me ha pasado lo entiendo, es una persona que sin tocarte te ha escuchado, te ha aconsejado, te ilusiona, le has escuchado, te has reído con él, has compartido tu tiempo con el suyo, nos hemos ayudado, nos entendemos y además tienes un objetivo en común: estar juntos y recuperar el tiempo perdido.
Te mueres de ganas por saber que está haciendo, que piensa, si siente lo mismo, si te corresponde, si es recíproco, pero nada de esto es posible saber...
Son enormes las ganas de estar junto a él, y lo único que te consuela es el saber que cuanto más crece el cariño y la complicidad, la distancia es más corta, y que cuando este junto a él todo será perfecto, que lo único que se interpone es la distancia, porque las ganas nos sobran.
Lo más difícil de todo es que no puedo cuidarle y mimarle como él se merece, y ganas no me faltan y sé que si estuviera delante suya con una mirada, un abrazo o un beso le diría todo, pero sé que cuando este a su lado se le demostraré, no me cabe duda.
Así que yo voy a confiar en esa persona y le voy a esperar, pienso mantener esa ilusión como el primer día, alimentar ese cariño y escupir a los kilómetros.
Entonces es cuando miro una foto suya cierro los ojos e imagino un futuro cercano, él y yo agarrados de las manos, para no soltarle jamás.
La distancia son solo números que intentan separar a las personas que nacieron para estar juntas.
Jorge, que no quiero que esto acabe nunca, nunca, por siempre.
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